José Gurvich, nacido en Lituania en 1927, llegó a los cinco años a Uruguay para convertirse en uno de los refentes del arte de este país. En 1944 se relacionó con Joaquín Torres García y al año siguiente comenzó a formar parte de su Taller, llegando a ser una de las figuras fundamentales del movimiento constructivista en su país. Durante los años 50 Gurvich fue desarrollando un estilo más personal que expresará en un mundo donde se unen la tradición y lo nuevo, la realidad y la fantasía.
Expresa la crítica e historiadora del arte Alicia Haber: "Gurvich desplegó un mundo en el que tiene gran importancia la integración de la herencia torresgarciana con la progresiva búsqueda de la identidad judaica , la admiración hacia el arte de El Bosco, Chagall y Bruegel y una expresividad idiosincrásica. Acuarelas, témperas, óleos, cerámicas, esculturas, relieves y murales documentan su fantasía, su sensibilidad pictórica, su capacidad para el color, su esmero artesanal, su lirismo, su espiritualidad, su intuición creadora y su capacidad imaginativa".
La música es del Walter Heinze (1943 - 2005), guitarrista y compositor entrerriano.
Después del tiempo (zamba) es interpretada por Pablo Ascúa, El prometido (chamamé) es interpretada por Heinze y Ascúa.